Con un único deseo: vencer la leucemia linfoblástica aguda, Cynthia logró tener un bebé sano
Bien dicen que el amor de madre no tiene límites, no es egoísta, no piensa en sí mismo antes que tu bebé. Es un amor tan grande que va por encima de la madre misma, y ese es el caso de Cynthia, una joven de 23 años, quien con toda entereza enfrentó un embarazo no planeado que logró burlar los métodos anticonceptivos, quizá porque ese pequeño bebé tenía muchas ganas de llegar a este mundo.
Sin embargo, Cynthia se tuvo que enfrentar al reto de llevar a buen puerto su embarazo, ver por su pequeña hija de tres años y luchar junto a su pareja, primero contra la anemia que le había sido detectada dos meses antes de quedar embarazada y que dio un giro a leucemia linfoblástica aguda, ya estando embarazada.
En entrevista, Cynthia, sobreviviente del cáncer de leucemia linfoblástica aguda cuenta a Crónica, cómo fue complicado enfrentarse a vencer esta enfermedad, pese a lo adverso del diagnóstico inicial.
LA LLEGADA DE UN BEBÉ
CON UN MAL PRONÓSTICO
A principios del año pasado, cuenta, cuando tenía 22 años fue internada durante 15 días y después de algunos estudios, primero le dijeron que tenía leucemia y después de otros resultados la dieron de alta porque señalaron que era anemia, pero a los dos meses vuelvo a sentirme mal y aunque utilizaba método anticonceptivo, empezó con náuseas y vómito “por lo que decidí hacerme una prueba rápida de embarazo que salió positiva”.
Médicos del hospital Mónica Pretelini, en el estado de México, le dijeron que debía abortar, para poder iniciar el tratamiento con quimioterapias y atacar a la leucemia linfoblástica.
“Lo primero que hice cuando escuché la palabra aborto, fue un no rotundo, yo no iba a ser capaz de abortar a un hijo, simplemente no lo podía imaginar, cómo iba a matar a mi bebé. Afortunadamente gente de trabajo social se enteró de mi caso y lograron hacer una transferencia al hospital de Alta Especialidad de Ixtapaluca, en donde los médicos comenzaron a decirme algo completamente diferente al principio que me llenó de esperanza y que era que sí iba a poder tener a mi bebé.
Cynthia recuerda que a lo largo de su embarazo pasó por diferentes etapas, muchas de las cuales estuvieron llenas de miedo por perder a su bebé, y que su cuerpo no fuera a ser capaz de vencer a la leucemia, por lo que tuvo días muy difíciles en los que le tocó batallar con tener que vivir con sensación de asco a la comida, fiebres intensas que prácticamente la obligaron a perder la noción de lo que estaba viviendo durante 20 días, periodo en el que fue cuidada por su esposo, quien desafortunadamente perdió el trabajo.
DIAGNÓSTICO ERRÓNEO
¿O LA LEUCEMIA DESAPARECIÓ?
“Los doctores me dijeron que tanto la leucemia como una bacteria que tenía en el cuerpo, ya no aparecían y cuando quedó embarazada mi bebé estimula mis células y sale nuevamente la bacteria y a los cuatro meses de embarazo encuentran la leucemia linfoblástica”, señala.
“Embarazada tuve que recibir alrededor de 30 quimioterapias, porque me decían que un enorme porcentaje de mi sangre ya estaba afectado por el cáncer, así que, fueron días muy complicados”, manifiesta, incluso, algunos de sus doctores llegaron a pensar que Cynthia no iba a salir adelante, “porque me veían muy mal, pero para sorpresa de todos logró salir adelante después del término del primer esquema de quimioterapias”.
Para sorpresa de propios y extraños, Cynthia logró dar a luz a su segundo hijo, varón, quien nació el 14 de octubre pasado por cesárea, y a los tres días se le aplicó una quimioterapia más fuerte que las anteriores, que buscaba lograr que la leucemia no siguiera avanzando.
A LA ESPERA DEL DONADOR COMPATIBLE
En este momento, Cynthia se mantiene en un compás de espera, con el deseo de poder ser compatible con alguno de sus dos hermanos, para que le donen médula ósea, “ahorita estoy por concluir la fase C de mis quimioterapias, después me hacen un aspirado de médula y ya el doctor del hospital de Alta Especialidad de Ixtapaluca, que es donde me siguen atendiendo me irá dando los medicamentos para prepararme para el trasplante y mientras ese momento llega sigue dedicándose en cuerpo y alma a sus dos hijos, con la única esperanza que ese donador compatible llegue pronto.