Ha recibido CEDH Guachochi ocho quejas
Por primer vez, el municipio de Guachochi cuenta con una oficina de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), con ello, se busca brindar atención cercana a la población serrana, del pasado 20 de diciembre a la fecha, se han recibido ocho quejas y se han brindado asesorías relacionadas con juicios de sucesión y asuntos civiles.
La oficina de Guachochi es atendida por dos licenciadas en Derecho, Mónica Leticia Espino Muela y Josefina Isabel Villalobos Vigil, ambas de origen rarámuri, quienes tienen una amplia trayectoria en los derechos humanos, pero sobre todo, son hablantes de la lengua, por lo que sin discriminación, atienden a quienes lo solicitan.
A la fecha, en esta oficina se han recibido quejas contra autoridades estatales y federales debido al uso excesivo de la fuerza pública, seguridad e integridad. Las quejas federales las canalizan a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), mientras que las estatales las analizan, en caso de determinar que existe la probabilidad de la violación a los derechos humanos, se integra una carpeta de investigación.
El presidente de la CEDH, Alejandro Carrasco Talavera, informó que hace 13 años existía una oficina de enlace, pero ahora Guachochi cuenta con la primera oficina de atención, lo cual era un clamor que por años se venía dando. “Se ha escuchado que la Sierra de Chihuahua se sienta abandonada por las autoridades y la idea es convertir esta percepción, que sepan que tienen el apoyo de la comisión”.El presidente destacó que hay que entender su cultura y escucharles, “Hoy más que nunca necesitan nuestro apoyo, nuestra misión es extender la labor de Comisión a otras comunidades de la Sierra Tarahumara”.
A su vez, el presidente municipal de Guachochi, José Yáñez, destacó que la apertura de la oficina permite tener una atención más cercana a la Sierra Tarahumara.
La licenciada en Derecho, Josefina Isabel Villalobos Vigil, está a cargo del área de Capacitación y Mónica Leticia Espino Muela es la visitadora, quienes reconocen que la población indígena sufre violencia y violación a sus derechos, pero en ocasiones, desconocen que pueden denunciar y acercarse a pedir ayuda.
La situación de violencia que se vive en la Sierra Tarahumara a manos del crimen organizado es un gran reto para la visitadora y la capacitadora, sobre todo porque el temor impera y ello impide que la gente pida ayuda.